SEGURIDAD EN TIEMPOS DE #FOTOS #HOT PERDIDAS AUTORES: ABOG. MARCELO TEMPERINI - A.I.A. MAXILIALIANO MACEDO (ASEGURARTE.COM.AR)
Cada cierto tiempo volvemos a hablar sobre lo mismo. Aparecen flotando por Internet distintas fotos o videos de distintas personas (por lo general personas famosas) y vuelven los debates en los medios de comunicación. Vuelven las acusaciones a los "hackers". Vuelven los panelistas y opinólogos de los programas a dar sus puntos de vistas sobre el tema, llegando a una gama muy variopinta de conclusiones que parecerían ser irrefutables, y que desde nuestro punto de vista, en la mayoría de los casos son inexactas o al menos, aportan más hacia la confusión que hacia una explicación seria del problema en sí.
Por eso, desde AsegurarTe, quisimos armar este breve artículo, intentando resumir en algunas líneas nuestro punto de vista sobre el tema:
Entender y respetar la libertad sexual de cada persona. A estas alturas del 2016, creo que deberíamos comprender que cualquier persona tiene el derecho a ejercer esta libertad sin ningún tipo de cuestionamientos. Debemos preguntarnos entonces ¿Si nos sacamos fotos o grabamos videos con un dispositivo electrónico, existen riesgos? Por supuesto que sí, como en casi todas las acciones que hacemos, depende de las prácticas que se realicen pueden ser más o menos riesgosas, a distintos niveles. No es lo mismo si las fotos siempre estuvieron sólo en el teléfono, a que si las pasamos a un grupo de Whatsapp con 20 personas, muchas de las cuáles desconocemos. No es lo mismo que tenga las fotos en un contenedor cifrado, a que tenga el teléfono configurado para que las imágenes se sincronicen automáticamente con la nube, con pocas medidas de seguridad de acceso a su cuenta... no es lo mismo.
De esta forma, nos parece que concluír con que "si no querés que se pierdan, no te filmes" sea quizás una mirada un poco simplista y extrema. ¿Es cierto? Tan cierto a que si dijéramos que "si no querés tener un accidente de tránsito con el auto, entonces no manejes". ¿Manejar un auto tiene riesgos? Por supuesto, hasta incluso para la vida. Entonces ¿la gente no maneja? No, la gente elige manejar con precauciones y teniendo en cuenta un montón de variables que pueden salir mal mientras uno maneja (y las probabilidades también cambian si viajo a 180 o si voy a la velocidad permitida).
Hay mucha gente que se saca fotos y videos como forma de expresión o desarrollo de su libertad sexual en forma plena, y no han sido ni serán noticia en los medios. Es más, existen sitios muy conocidos cuyo tema en común radica precisamente en que parejas o personas solas que suben este tipo de contenidos, pasando antes por un proceso de anonimización de las mismos. Por eso insistimos en que la frase sobre “si no queres que se filtren, no lo hagas” es cierta, pero simplista.
La realidad es mucho más compleja.
Dentro de esta complejidad, debemos también distinguir si la persona es un adolescente -menor de edad- o un adulto. No es lo mismo, porque el adulto debe comprender, dimensionar los riesgos y decidir sobre si aún así, desea o no sacarse fotos o videos y compartirlos. En el caso de los adoslescentes, donde existen cada vez más este tipo de casos, que nunca llegan ni llegarán a los medios de comunicación, el problema es mucho más grave. La sobreexposición a la cuál están acostumbrados, los bajos estándares del concepto de privacidad que manejan, en combinación con la necesidad de pertenencia y popularidad típicos de la adolescencia, suelen traer como consencuencia una gran cantidad de estos casos. Desde AsegurarTe hemos trabajado personalmente en muchos de ellos, casos que a veces son superados con el tiempo, otras culminan con chicos que deben cambiarse de colegios, familias que terminan cambiando de ciudad, hasta otras formas mucho más extremas como los intentos de suicidio. ¿Porqué? Porque un chico no tiene las mismas herramientas para manejar la situación una vez que las imágenes o videos se escaparon del control, y pasaron a manos de la red. Además, la apreciación que tiene un chico de la nueva generación sobre su identidad virtual, o su imagen en la red, es muy distinta a la percepción de un adulto sobre esta misma imagen. El adulto conoce la vida sin Internet... el adolescente no. Por eso no es lo mismo, y no deben confundirse. Por último, en el caso de los chicos también es importante distinguir de que tipos de casos hablamos, ya que en general estos casos suelen ser de sexting (donde hay un envío voluntario de este tipo de contenidos) pero también existen otros donde los chicos son víctimas de distintos engaños por parte de delincuentes, dando casos de grooming o corrupción de menores, lo cuál hace mucho más grave el delito.
Otra de las cartas que se tira sobre la mesa cuando salen estos temas es que cuando no se sabe bien que pasó, seguro un "hacker" tuvo la culpa. No se sabe que pasó pero poner la palabra "hacker" en alguna noticia garpa. Señor, señora... Los hackers profesionales (en serio), no destinarían ni 20 segundos de su tiempo a crackear el teléfono de una chica/o (por más linda/o que sea) para obtener este tipo de información. Tienen cosas mucho más importante que hacer.
¿Entonces, no se puede acceder a un teléfono?
Si, si se puede, pero es complejo, se necesitan de varios pasos en el ataque, que por lo general (dependiendo de las medidas de seguridad tomadas por la víctima) llevan un tiempo y un esfuerzo que puede ser considerable. ¿Existe gente que se dedica a hacer esto? Sí, existe, pero no son hackers ni mucho menos, sino que son solo delincuentes. En ocasiones estos delincuentes realizan las maniobras para posteriormente extorsionar a sus víctimas, dando lugar a las sextorsión. En otras ocasiones, sólo buscan causar daño.
¿Y entonces... como se pierden las fotos?
En general, porque voluntariamente se pasan estos contenidos por distintas vías de comunicación que no son seguras. A veces sólo se pasa a una persona, que en ese momento determinado es de extrema confianza, pero que tras distintos sucesos (por ejemplo una pelea de pareja) suelen por terminar utilizando este tipo de contenidos íntimos como herramientas de ataque, configurándose lo que se han denominado como casos de pornovenganza. También es posible que se pierda o te roben el dispositivo, o un mal servicio técnico acceda sin consentimiento a tus contenidos guardados en alguna computadora.
¿Se pueden dar de baja estos contenidos?
La respuesta más correcta sería depende, aunque probablemente sea muy difícil lograr la baja total de los contenidos, siempre se puede intentar minimizar el impacto actuando a tiempo y analizando los canales por los cuales se filtró. Sucede que no es lo mismo que las fotos o videos se suban a un portal de pornografía en Internet, a un perfil de Facebook, a que la pasen por Whatsapp o Telegram. Son tecnologías de transmisión distintas, con posibilidades distintas para trabajar sobre la baja de esos contenidos. Por ejemplo, si el contenido fue subido a Facebook, Twitter o algún portal de pornografía se puede contactar a los responsables mismos, solicitando la remoción de los mismos alegando la lesión de derechos de la víctima. Esto es posible, ya que los mencionados sitios hostean estos contenidos en sus servidores, y por lo tanto dándolo de baja desde ahí se combate una parte del problema. No obstante eso, las personas podrían acceder a ese contenido y descargarlo en sus dispositivos personales (PC, Celulares, Tablets) y ahí es donde nos encontramos con el otro problema, que es el de los mensajeros instantáneos como Whatsapp, donde no existe posibilidad alguna de siquiera saber en cuantos dispositivos se encuentra almacenada dichas fotos, ni saber quien fue el primer usuario que envió esos contenidos a otra persona. Ya que la mayoría de los mensajeros funcionan descargando los contenidos de forma local al dispositivo, y por lo tanto les queda una copia a cada persona que le llegó. Al margen de esta imposibilidad técnica antes mencionada, estas grandes empresas multinacionales en general deciden no colaborar en brindar información, ni aún ante pedidos judiciales, y prueba de ello son los recientes sucesos en Brasil contra Whatsapp.
La clave está en trabajar el concepto de #privacidad.
Entre los opinólogos del programa de turno, una chica del fondo casi a los gritos afirma un "y bueno... para que hace las fotos, que se joda por ....". El problema en realidad, no ha sido que ella (o él tratando mantener la generalidad) se sacaron la foto, sino que la o las personas a las cuáles enviaron ese material, no tienen el mismo concepto de privacidad. En el peor de los casos, hay personas (sobre todos los chicos y adolescentes) que ni siquieran tienen un concepto de privacidad (un tema también más que interesante para abordar).
Sería legítimo entonces preguntarnos ¿Que es la privacidad? Para no entrar en términos jurídicos, diremos solamente que es una porción de nuestra vida que decidimos mantenerla en privado, sin que terceros que no permitamos accedan a ella. Tan sencillo como eso y tan complejo como eso. En un momento donde todo apunta a compartir todo en todo momento, parece que queda muy poco espacio para la privacidad. Lo que sucede es que al ser un término subjetivo (cada uno tiene su propia dimensión de la privacidad), tenemos la falsa sensación que los demás manejan el mismo concepto de privacidad que uno. Y resulta que nada más lejano a la realidad. Es decir, si el otro no tiene el mismo concepto que el mio, es muy posible que termine compartiendo esos contenidos con terceros que no tenían porque acceder a ese material. Sin filtraciones mágicas. Sin hackers. Sin celulares robados. Sólo dos personas con distintos conceptos de privacidad.
¿Se puede hacer algo desde la Seguridad de la Información?
Si la persona, aún sabiendo todo lo que puede pasar, desea tener este tipo de contenidos, existen algunas medidas que pueden tomarse.
Por un lado protegiendo el almacenamiento, utilizando software que permita tener contenedores virtuales encriptados, que con una simple contraseña protegeremos el contenido frente al acceso no autorizado de terceros. Ejemplos de este tipo de software es Vault, que tiene una versión gratuita y disponible para Android y iPhone.

Por otro lado protegiendo la transmisión, donde existen alternativas que permiten la autodestrucción del contenido pasado cierto tiempo (5 segundos por ejemplo). Incluso bloquean y avisan a la otra parte si el destinatario sacó una captura de pantalla para intentar quedarse con la imagen. Algunas de las aplicaciones para proteger la transmisión son Snapchat, Telegram, también con versiones gratuitas y disponible para Android y iPhone.

Una medida más de sentido común que tecnológica, es no mostrar rostros en las imágenes, ni tampoco marcas que permitan la identificación (como una tatuaje, piercings).
En algún momento, cuando la discusión se va apagando, otro de los panelistas del fondo del programa (o a veces el propio conductor) suele sentenciar: “Lo que pasa es que hace falta legislación que nos proteja”. Esto último, suele suceder con una gran variedad de temas, pero sobre todo en aquellos relacionados a Internet, cuando nos encontramos con situaciones donde no vemos una salida clara, nada mejor que tirarle la pelota a la legislación. A veces quizás existe esa fantasía que un día un legislador se levantará de su siesta, redactará una ley hermosa y protectora, y desde su sanción, desaparecerán este tipo de “barbaridades” (como por ejemplo intentaron hacerlo con la ley de Grooming). Aquí deberemos nuevamente desilucionar al lector, avisándole que dificilmente una ley pueda ayudar en un problema que tiene más que ver con el funcionamiento de internet y las distintas redes y plataformas, que con un aspecto netamente jurídico.
Desde lo jurídico, la situación es clara. Hay una víctima que a través de la difusión sin consentimiento de imágenes o videos de su intimidad, ve afectado una serie de derechos como la dignidad, la imagen, la honra, la reputación, entre otros. ¿Hace falta nueva legislación para eso? Creemos que no, porque la víctima sufre un daño que debería o podría ser reparado, a través de un indemnización en dinero... ¿Pero por quién? El fenómenos de la viralización hace prácticamente imposible detectar quién fue el culpable de esta filtración, que como en todo caso de fuga de información es muy difícil determinarlo y mucho más difícil aún, probarlo ante la justicia. Existe legislación, y es la misma que se aplica para cualquier otro caso, porque los derechos afectados siguen siendo los mismos de siempre, simplemente que a través de nuevas vías (antes podía haber sido una foto de un papparazi que termino siendo tapa de alguna revista), hoy es la circulación a través de las redes sociales.
¿Y mientras tanto?
Las fotos siguen vueltas, porque Internet no termina en Argentina. Porque la jurisdicción argentina poco o nada podrá hacer si estos contenidos son alojados por un servidor en Rumania, Rusia, Haiti o Nigeria.
No podemos dejar de dedicar un párrafo a los medios de comunicación, que una vez ocurrida la filtración de las imágenes, no dudan en dar acceso rápido y seguro a los lectores y televidentes, bajo títulos rimbombantes como “Escándalo de fotos hot de ....” “Las fotos prohibidas de .....” “Mira acá las fotos de....” y toda una serie de relatos que terminan en reproducir de forma ilegítima contenidos que afectan toda una serie de derechos. Creemos que desde este lugar, de los distintos medios de comunicación (prensa escrita, televisiva y también digital) deben tomarse otras decisiones que no sean seguir reproduciendo o al menos facilitando el acceso (o generando la curiosidad para que eso suceda) a los contenidos filtrados.
Para cerrar la nota, desde la experiencia en AsegurarTe, tenemos una gran cantidad de casos en donde este tipo de fotos o videos han afectado gravemente la vida de distintas personas, que nadie conoce, que no son famosos y que no tienen oportunidad de tener un derecho a replica en los programas de chimento de la tarde. Fotos o videos que complicaron relaciones familiares, tenencia de hijos, puestos de trabajo, hasta carreras políticas. Los contenidos privados, son un tema en el cuál debemos aprender a trabajar y convivir, cuando estamos cada vez más conectados a las nuevas tecnologías, cada vez más opciones para compartir, cada vez mejores cámaras en los dispositivos portátiles, cada vez más reducidos los conceptos de privacidad de los usuarios. Consideramos que es un tema serio, que debe tomarse como tal y trabajarse desde la educación y la capacitación y no desde el miedo.
Abog. Marcelo Temperini
AIA Maximiliano Macedo
Equipo de AsegurarTe (www.asegurarte.com.ar)
Fecha: 10/3/2016
Fuente. https://www.facebook.com/notes/asegurarte-consultora-en-seguridad-de-la-informaci%C3%B3n/seguridad-en-tiempos-de-fotos-hot-perdidas/1124181590960029?__mref=message_bubble
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